Síndrome del objeto reluciente

Es continuidad de otro episodio anterior el 228 que te dejo enlazado abajo en las notas de este audio. En ese episodio dejamos pendiente
dos posibles soluciones para acabar con el FOMO que nos complica avanzar en lo importante, y te cite a Aristoteles con una reflexión suya que es muy potente y hoy te contaré

Debo decirte, para contextualizar, que yo he sido, y lucho cada día contra esto, el tio más disperso que hay, el más desenfocado, a los hechos me repito, y puede que la frase sea, a los hechos me remito, pero es que yo vuelvo a caer una vez tras otra, aunque ya cada vez menos.

Combatir el síndrome del objeto reluciente, dos técnicas:

Quiero darte dos técnicas que yo he puesto en marcha, para combatir el Fomo, la incansable búsqueda de respuestas en objetos relucientes, que solo relucen temporalmente, y saltas a otro.

Mis propuesta son estas.

Terminar los proyectos es una habilidad, un hábito

Sinceramente, creo que en la búsqueda de ese objeto brillante, hay mucho componente de miedo, pero esto lo trataremos en la Parte III, última entrada de este pequeño ciclo.

Vaya por delante que más que luchar, como he dicho al principio, se trata de aceptar.

Hoy es difícil, con los auténticos fenomenos de la persuasión, del marketing no querer hacer cosas nuevas, va en nuestro ADN, como ya mencionamos en el podcast anterior.

Pero considero que es necesario ser un finalizador, un terminator de proyectos.

Ya he comentado muchas veces la idea de no tener de alta más de 3 o 5 proyectos simultáneos en marcha. Impídete que entren nuevos, hasta no dar por finalizados los que ya tienes.

Finalizar proyectos es una habilidad, un hábito, algo que debes cultivar, trabajar.

En ocasiones soñamos con poner una gran empresa, mi sueño, algún día es tener una consultora de Efectividad, pero, ¿cómo voy a lograr hacer esto, si no consigo ni grabar podcast de manera persistente?.

Es prioritario, por tanto esta planificación contenido, ir engranando marchas poco a poco, pero sobre todo, ir finalizando aquello que te propones.

Los OKRs me ayudaron a combatir el síndrome del objeto reluciente.

En este sentido a mi me ayudo mucho los OKR´s, en los que defines por periodos lo que harás a futuro.

Con independencia a como lo llames, dibújate una línea con los 12 meses siguientes, y pon en ellos qué proyectos vas a acometer. Si en el mes 1, por ejemplo, rellenas ¾ proyectos, no pases al mes 2 sin terminar los del mes 1.

Terminar, ser un terminator es una primera habilidad para aceptar que el fomo vendrá, pero así puedes combatirlo.

Ya no menciono, por lo obvio que es, que los proyectos se desglosen, se partan en unidades mas realizables, que no tienes que hacerlo todo tú, conceptos de sentido común….

La otra opción que a mi me funciona, y estoy proponiendo en empresas para combatir el Fomo, el síndrome del que venimos hablando:

Plantear predicciones del grado de cumplimiento

¿qué es esto exactamente?

Pues si trabajas sólo, hacer predicciones del grado de cumplimiento viene muy bien.

Ejemplo: Voy a crear una web.

Predecir el grado de cumplimiento de la misma, y ponerlo por escrito puede ayudarte.

Tendré una web realizada y publicada en un mes.
% de creer en ese enunciado: 80%

Esto tiene una doble componente, te implicas, determinas en base al porcentaje, cómo estás de comprometido con ese resultado, y segundo, si el proyecto está maduro o no.

Si no tienes nada definido, tienes falta de concrección, tu calificación será baja, y es sintomático de que no está maduro suficientemente.

En equipos, lo hago con una especie de metodología Scrum.

Las personas que tienen que decidir, por un proyecto, votan el mismo con ese porcentaje, y luego sacamos una media.

Responsabiliza enormemente a todos, porque priorizas los proyectos que la mayoría voto con más puntuación, evita que luego haya echar culpas a otros, existe implicación, todos están seguros de que lo que se opta a realizar, y obviamente a terminar es lo de mayor %, lo que obtuvo una predicción mayor.

Evita comenzar más y más proyectos, puede ser síndrome objeto reluciente puro

Con todo esto, evitamos comenzar más y más proyectos

Ya tienes por tanto, dos ideas que te pueden servir para combatir el mono loco, el fomo, el síndrome del que venimos reflexionando.

Termino con Aristoteles, que le leí una frase que me gusto, y que dejo para reflexionar y que sirve de apertura para la Parte III de esta serie.

“No se puede llamar valiente al que no siente miedo. El temerario, o el que no percibe el peligro, es un loco o un insensato. Solo es valiente aquel que actúa a pesar del miedo».

La pregunta es ¿Cómo se supera el miedo?

Lo vemos en la siguiente entrada.

Quieres escuchar la pasada, aquí tienes el enlace a la Parte I

¿Qué nos impide cambiar?. Odiamos cambiar.